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Papers
Economía
Ricardo Gamboa Valenzuela
Chile y Liderazgo Sudamericano de Brasil: ¿Qué Estrategia Prefieren sus Élites?
Se revisa qué debería hacer Chile frente a la estrategia de Brasil. Desde hace 15 años y particularmente desde la llegada de Lula da Silva al poder, según la literatura, Brasil ha desarrollado una nueva estrategia, en cuyo centro está la pretensión de constituir al país en líder político y económico de la región. Ricardo Gamboa en su trabajo "Chile y el Liderazgo Sudamericano de Brasil: ¿Qué Estrategias Prefieren sus Élites?", analiza qué debe hacer tanto Chile como los otros países de la región con respecto a los movimientos de Brasil.En términos generales, este trabajo argumenta que, por ahora, no es esperable que Chile varíe sustantivamente su estrategia de política exterior, lo que implica que no adoptará una posición que implique un “acoplamiento” incondicional a Brasil en su nuevo (pretendido) rol de líder regional. Esto, principalmente, porque Chile ha desplegado desde 1990 una política exterior que, dentro de una plena inserción en el concierto internacional y una profunda integración económica global, reivindica una fuerte autonomía en materia decisoria y por tanto no considera necesario, ni tampoco funcional a sus intereses, “acoplarse” a algún actor internacional. En otras palabras: se sostiene que en Chile se ha consolidado un “macro consenso” al interior de su élite, en torno a la idoneidad de la política de regionalismo abierto, que ha sido exitosa y que no es conveniente modificar.Sin embargo, no significa que Chile no vaya a seguir cooperando y actuando junto a Brasil en muchas materias, como efectivamente lo ha hecho desde 1990. Pero, si en alguna circunstancia ello implica modificar su estrategia actual, simplemente no se va a alinear a Brasil. Las relaciones entre Brasil y Chile desde 1990 están marcadas por el nuevo cuadro político de ambos países, en los que la democracia se va consolidando como régimen político en cada país.Gamboa comenta, al término de este trabajo, que existe un consenso en la élite chilena en torno a una estrategia de regionalismo abierto. Como consecuencia de lo anterior, no se observa que Chile esté interesado en "acoplarse" a algún país del mundo o de la región que pretenda convertirse en líder regional, como sería el caso de Brasil.