Antonio Argandoña, Profesor de Economía y titular de la Cátedra ‘la Caixa’ de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo de IESE Business School.

El desencuentro entre valores y empresa suele producirse por las siguientes razones: 

  • La naturaleza de la función directivaLas decisiones suelen ser complejas, hay que actuar con rapidez y existe mucha presión para lograr los máximos beneficios en el menor plazo posible.
  • La inercia en los procesos de decisiónLos equipos pueden ser muy grandes y resulta difícil cambiar su rumbo.
  • Una cultura empresarial poco sensible. Se da una importancia central a los resultados, todo se subordina a lo económico.
  • Racionalización de las conductas. Mensajes como «siempre se ha hecho así» o «si no lo hacemos nosotros lo harán nuestros competidores» justifican cualquier comportamiento y desactivan a quienes pretenden actuar de modo distinto.
  • Proceso de socialización. «Así se trabaja en esta casa» o «debes hacerlo si quieres ser uno de los nuestros» son otros lemas que anulan las críticas, apelando al sentido de la lealtad y al deseo de pertenencia de los empleados.
  • Valores predominantes en la sociedad. Nada de lo anterior tendría grandes consecuencias si la sociedad en su conjunto no estuviera gobernada por valores como el individualismo, el utilitarismo, el emotivismo y el relativismo.

Lo realmente importante de nuestras decisiones es el impacto que tienen en las personas. Así, con el devenir del tiempo, se puede crear un entorno de compromiso, intercambio de conocimientos y desarrollo de capacidades que beneficie a la empresa, o se puede instaurar un clima de desmotivación y desconfianza tanto entre los empleados como entre los clientes, proveedores y socios.

Desarrollar la capacidad para comportarse éticamente solo es posible si se tiene la voluntad de hacerlo. También hace falta sensibilidad e interés por el tema tratado y entender qué es lo más correcto en cada caso. Finalmente, ¿cómo trasladamos estos valores a nuestro equipo? ¿Cómo se crea una cultura corporativa ética?

  1. La argumentación teórica, los códigos de conducta, los incentivos positivos y negativos y el apoyo social suman a la hora de movilizar al conjunto de la organización a comportase de forma virtuosa.
  2. Sin embargo, predicar con el ejemplo es la forma más eficaz de instaurar buenas y malas costumbres.

Fuente: IESE Insight

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IESE Business School
El IESE, la escuela de negocios de la Universidad de Navarra, es la única escuela de dirección de empresas que ofrece formación para directivos en cuatro continentes, a través de los distintos programas propios que están en marcha y otros que comenzarán próximamente en Europa, Asia, América, y África. La escuela, fundada en 1958, está comprometida con la formación de líderes que puedan imprimir una huella profunda, positiva y duradera en las personas, en las empresas y en la sociedad gracias a su profesionalidad, integridad y espíritu de servicio. Durante sus 50 años de historia ha recibido muchos reconocimientos a nivel internacional, por su labor docente y en el campo de la investigación.

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