Cosimo Chiesa, Profesor de Marketing, IESE Business School
«El liderazgo de una organización empieza siempre con el liderazgo personal de cada uno de los miembros que la integran« Esa es la premisa básica del libro Liderándome para liderar, que he publicado recientemente y que repasa las claves del liderazgo que contemplan aspectos como la focalización en lo que da sentido a nuestras vidas (nuestra misión y nuestros valores, lo que nos hace felices), la siempre complicada gestión del tiempo («no puede haber éxito, ni felicidad duradera, si tu agenda diaria no se ajusta a tus valores principales»), el cuidado de las relaciones con los demás (las personales, las profesionales y las familiares) y, por supuesto, el cuidado de uno mismo (tiempo para pensar, para escuchar y gestionar nuestras emociones, para leer y estudiar, para realizar alguna actividad física…).
La importancia de marcarse objetivos
Es necesario, entre otras cosas, marcarse objetivos en nuestra carrera profesional porque permiten definir un rumbo, alinear nuestras prioridades, medir nuestros avances, desarrollar nuestra creatividad, trabajar la concentración, fomentar la proactividad, avanzar en el crecimiento personal y motivarnos con un desafío constante.
Sin embargo, no siempre es fácil conseguir lo que uno se propone y a menudo los buenos propósitos acaban perdidos en el «valle de las excusas«. ¿Por qué no conseguimos lo que nos proponemos? Por razones como la falta de un buen autodiagnóstico; el miedo a salir de nuestra zona de confort; el miedo al rechazo o al fracaso; porque olvidamos las recomendaciones recibidas, o por falta de constancia o convencimiento, de fe en nuestras propias posibilidades.
La fórmula ganadora
Aunque en el camino pueden surgir éstos y otros obstáculos, existe una fórmula ganadora para vencerlos.
Fuente: IESE Insight
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