Guido Stein, Profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones, IESE Business School
La eficacia de un directivo se da por sentada cuando se le asigna una nueva responsabilidad. Pero para alcanzar unos resultados óptimos conviene respetar ciertas liturgias, hacer una buena selección de colaboradores, planificar con cuidado la comunicación de los cambios y escuchar a los afectados.
En la nota técnica «Guía práctica para aterrizar en un nuevo puesto directivo«, que he escrito junto al consultor David García, ofrecemos las claves para la incorporación a un nuevo puesto directivo.
1. Haga notar su presencia
– Escenifique la llegada: personalice su nuevo despacho con fotos, libros o cuadros.
– Dese a conocer entre colegas y subordinados: salude y aproveche cualquier ocasión para tener pequeñas conversaciones distendidas con las personas afectadas por el cambio.
– Planifique la agenda de la primera semana con el fin de marcar las líneas maestras de su gestión y mostrar cómo concibe sus nuevas responsabilidades.
2. Planifique la comunicación
– Analice la estructura de la organización.
– Elabore un plan de comunicación con los mensajes que quiera transmitir a cada grupo y el canal más adecuado en cada caso.
– Lance mensajes sintéticos y sugerentes que puedan persuadir a los afectados más reticentes al cambio.
3. Escuche a las personas
– Preste atención a los demás para saber qué está pasando, cómo se están adaptando al cambio y si lo están aceptando.
– Conocer las críticas le ayudará a replantear la estrategia comunicativa y a detectar los puntos negros que todavía no había identificado.
– Establezca canales de entrada de información y teja una red de contactos y alianzas con personas representativas de los diferentes grupos de interés de la empresa.
4. Juegue en equipo
– Realice una adecuada selección de colaboradores que sean el brazo ejecutor de su estrategia y le ayuden a discernir entre lo que funciona y lo que no para introducir cambios.
– Detecte lo que no funciona e introduzca los cambios oportunos respetando los ritmos de la organización.
5. Venza las resistencias
Para lidiar con los colaboradores que no llegan a los objetivos establecidos, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
– Encare los problemas a la primera y con firmeza: evite las amenazas y trate de gestionar los motivos que no les permiten rendir adecuadamente.
– No escatime esfuerzos en la gestión del malestar: Explique las veces que haga falta por qué cambia las cosas, escuche qué es lo que provoca malestar entre los afectados y ayúdeles a encontrar alternativas a sus problemas.
– Busque ayuda en sus superiores que pueden reforzar su mensaje. De todas formas, aunque este recurso tiene un alto retorno, no se puede abusar de él.
Más información: IESE Insight
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