No es de extrañar que el libro “Trabajando en una casa de locos” se haya convertido en superventas en Alemania. Y es que esta satírica obra de Martin Wehrle retrata lo que la mayoría de -por no decir todos- los trabajadores enfrentan normalmente en sus empleos.
Así, figuran en estas páginas los clásicos líderes tiránicos, también las reuniones interminables que, en vez de servir como el espacio para tomar decisiones o discutir asuntos prácticos, se transforman en el escenario ideal para las luchas de poder. Por otro lado, el autor deja en evidencia que, aunque los protocolos de las empresas se asumen como leyes sacrosantas, no existe evidencia alguna de su eficacia. Y, como si eso fuera poco, los presupuestos se recortan en partidas importantes mientras que, por el contrario, se aumentan en otras que no parecen necesarias.
El tema es que en medio de todo este caótico escenario aparecen los empleados, a quienes no les queda más alternativa que aceptar las condiciones, aguantar y resignarse. Muy a su pesar, claro.
Con un sentido del humor ácido e implacable, Wehrle -escritor y periodista alemán- va describiendo a la empresa como un verdadero campo de batalla en el que abundan -en sentido figurado, obvio- los cadáveres, los que han sido aislados por el mobbing y los enfermos por estrés, entre otros.
En resumen, un divertido relato que podría reflejar la realidad de cualquier empresa y en el que, con toda seguridad, todo trabajador que lo lea podrá sentirse retratado al menos una vez. O dos. Quizás hasta tres.
Este libro -de 264 páginas y publicado por Alienta Editorial- entrega además una serie de consejos prácticos e incluso un test para que los lectores evalúen el nivel de locura en sus propias empresas.
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