¿Los ricos son ricos porque nunca se equivocan al invertir? Muy acaudalados serán, pero lo cierto es que es bastante difícil pensar que no cometen errores. Y así lo demostró un estudio de los economistas Enrichetta Ravina, Luis Viceira e Ingo Walter, de las escuelas de negocios de Columbia, Harvard y Stern, respectivamente.
La investigación, publicada por The Wall Street Journal, contempló un análisis a las decisiones de más de 260 familias ultra ricas de Estados Unidos (con más de US$90 millones), descubriendo que no sólo invierten de forma inteligente, pues a veces la diversificación escogida no es la ideal, que también persiguen modas y que se paralizan en momentos en que se requiere carácter y valentía.
Así, los académicos separaron sus conclusiones en dos: buenas y malas decisiones.
Entre lo positivo destaca el buen aprovechamiento de las ventajas comparativas que tienen por el simple hecho de ser ricos. Así, destaca el acceso a inversiones privilegiadas y la posibilidad de comprometer fuertes sumas de dinero a largo plazo.
La diversificación es también una fortaleza. El estudio constató que los multimillonarios destinan cerca de un 20% de sus activos a fondos de cobertura. Asimismo, intervienen en nuevas empresas aportando capitales y asesorías administrativas, con lo que se aseguran retornos potencialmente más altos. Finalmente, evitan negocios de trade, prefiriendo los instrumentos de largo plazo porque, obvio, pueden darse ese lujo.
Ravina, una de las economistas que efectuó la investigación, señaló en tanto que entre las malas decisiones figuran los costos excesivos en que incurren estas familias acaudaladas por una diversificación descuidada. Por ejemplo, el sondeo arrojó que el portafolio promedio de un rico incluye casi 120 acciones individuales, unos veinte fondos de inversión, que cotizan en bolsa y otros similares. La experto indicó que, con esta estrategia, desperdician parte importante de la ventaja informativa que podrían obtener a través de sus redes sociales y de negocios.
De acuerdo a la investigadora, estos millonarios podrían obtener mejores beneficios si ingresaran la mayor parte de sus activos a un fondo indexado que incluya todas las empresas en un promedio amplio del mercado, mientras que de su capital lo podrían destinar a un pequeño número de empresas que conozcan bien.
Otro pecado es que se paralizan en momentos de dificultad como las crisis. De hecho, el portafolio total de acciones en manos de las familias ricas cayó de US$8.000 millones a mediados de 2008, previo a la caída de Lehman Brothers, a US$3.000 millones en marzo de 2009, cuando la crisis subprime de Estados Unidos ya había pasado a ser global. La cifra es considerablemente peor que la caída en el mercado bursátil general durante el mismo período.
En este sentido, el estudio arrojó que si hubiesen reaccionado y vendido algunos bonos y otros activos para comprar acciones cuando cayó el mercado, este grupo de familias habría incrementado su patrimonio en más de US$500 millones para marzo de 2009.
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