CEO's con una fuerte historia de responsabilidad social corporativa son más propensos a involucrarse en actividades poco éticas, a pesar de mantener una apariencia de moralidad, indica una experta en comportamiento organizacional del la escuela de negocios de Londes (LBS).
La investigación de Margaret Ormiston, en coautoría con la doctora Elaine Wong, de la Universidad de California Riverside, sugiere que los CEO's que registran un comportamiento histórico de preocuparse por los stakeholders tienen una mayor tendencia a sentirse justificados al romper las reglas, debido a que su comportamiento previo les daría "créditos morales".
"CEO's con un historial del responsabilidad social corporativa son más propensos a pensar que se pueden comportar en una forma indeseable sin temor a desacreditar su iagen", afirma Ormiston.
Esto es muy parecido a las personas que comensa saludablemente por 11 meses del año y que luego durante las vacaciones comete todo tipo de excesos. Debido a que llevan una dieta saludable, sienten que no serán vistos como personas de malos hábitos, compara la profesional.
Así, irónicamente los CEO's para los que es importante ser vistos como un ejemplo moral, tienen más posibilidades de ser poco éticos que aquellos gerentes cuya identidad moral es menos relevante.
Los empleados que se identifican fuertemente con sus líderes también pueden llegar a sentir que los programas de RSE impulsados por la gerencia dan licencia a los trabajadores para ser menos cuidadosos en su relación con el entorno.
La profesora Ormiston pone el ejemplo de Enron: “Antes del escándalo, el CEO Kenneth Lay tenía participación el consejos de varias universidades y donaba grandes sumas de dinero a caridad. Tal conducta de parte de un líder construye sus créditos en responsabilidad, los que podrían darle permiso para un comportamiento irresponsable en el futuro. Dicho de otro modo, los máximos líderes pueden creer que cuando han adquirido créditos morales debido a la estrategia de RSE que equilibra las necesidades de múltiples stakeholders, pueden luego desarrollar una estrategia que recorte ganancias o que sea potencialmente dañina para los accionistas".
Estos resultados sugieren que la gestión de los CEO's en sus firmas debería ser fuertemente monitoreada por el directorio. Irónicamente, esto es especialmente relevante después de un año espectacularmente bueno en gestionar las necesidades de los stakeholders.
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