Gestión de Carrera

Decano de Fuqua: “La clave de la innovación está en la colaboración”

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De paso por Latinoamérica, William Boulding, decano de la escuela de negocios de Fuqua, rankeada entre las 10 más importantes de EE.UU., advierte los desafíos de los MBAs de un mundo cada vez más globalizado y los cambios que deben hacer las escuelas de negocios para responder a las demandas de estudiantes y la sociedad.

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Después de casi treinta años enseñando, lo que más extraña William Boulding es el contacto con sus estudiantes. Decano desde el 2010, este nativo de Colorado pasa buena parte de su tiempo viajando para establecer los vínculos locales e internacionales que requiere su escuela, además de promover sus distintos programas de MBA.

Bautizada en honor al filántropo John Brooks Fuqua, un empresario que tuvo mucho éxito pero no acceso a educación formal, esta escuela de negocios nacida a fines de los sesenta destaca por dos elementos: el perfil internacional de sus alumnos y la experiencia práctica que se les imparte desde su ingreso.

Fuqua tiene una importante cantidad de estudiantes latinoamericanos, donde destacan argentinos, brasileños y chilenos. “Queremos conectarnos con los egresados, atraer nuevos estudiantes y generar las alianzas necesarias con empresas e instituciones para todos ellos”, resume sobre las razones de su visita.

- Así como el mundo empresarial está cambiando, ¿las escuelas de negocios también lo están haciendo?

Tenemos esta filosofía: si quieres entender el mundo, tienes que salir al mundo. Y en eso estamos, saliendo a Latinoamérica, pero también a Europa del Este, a China, a aprender y comprender a estos países con los que nos movemos.

Personalmente considero que las escuelas de negocios son parte del motor que mueve al mundo, porque las empresas son las que finalmente llevan a cabo los desafíos que tiene el planeta y que enfrentamos como sociedad. Afecta la energía, la educación, la salud, el medio ambiente. Afecta nuestra capacidad de sacar a la gente de la pobreza, de realizar los emprendimientos y crear los bienes y servicios que mejoran nuestra calidad de vida. 

Pero sucede que, en Estados Unidos, tras la crisis de 2008, el nivel de confianza de los líderes empresariales se desplomó y se equiparó con la de los políticos. Eso nos dejó ciertas enseñanzas. Nosotros tenemos la oportunidad de generar liderazgo mediante la empresa y de hacer un cambio en el mundo. Pero si los líderes empresariales no generan confianza, ¿cómo vamos a poder hacer ese cambio?

- Entonces, ¿cuál es el rol de las escuelas de negocios, devolver esa confianza?

Eso es lo que yo creo, que las escuelas de negocios tienen que tomar esa responsabilidad, sobre todo ahora que los líderes empresariales no generan la confianza que deberían para poder generar un cambio positivo en el mundo. 

Porque los líderes que se necesitan deben ser personas respetadas, confiables, creíbles, gente que esté haciendo cosas positivas para otras personas, trabajando por el bien colectivo y no por el interés personal. Y es ahí donde las escuelas de negocios tienen que tomar parte y hacerse responsables.

- ¿Y cómo se puede tomar esa responsabilidad desde una institución formadora?

En Fuqua siempre hemos tenido una filosofía, y es que tu tienes que atraer a la gente, a los estudiantes, a nuestra comunidad y que deben ser personas completas. Y con completas me refiero a que no buscamos a gente que sea solamente lista o competente, que ciertamente debe serlo si va a liderar un cambio, pero que además tiene que poseer los valores correctos, tienen que ser personas que se preocupen por la gente, por su bienestar, porque cuando no es así, la gente se da cuenta y duda: “¿esto es realmente bueno, o sólo es bueno para ti?”, entonces a lo que apuntamos es a tener entre nuestros estudiantes a personas que quieran involucrarse en la tarea de resolver los desafíos necesarios para mejorar las vidas de otros, que tengan una auténtica pasión por hacer una diferencia entre ser profesionales que buscan hacer dinero y profesionales que quieren generar y liderar cambios. 

Puedo citar a dos egresados de Fuqua, Tim Cook, CEO de Apple y Melinda Gates, que están en esa senda, y que comparten los valores de nuestra escuela.
Y aquí viene la segunda parte: si quieres innovar en el mundo y resolver los desafíos que enfrentamos, vas a tener que hacerlo de forma distinta. Vamos a tener que innovar, pero la clave para una innovación exitosa es la colaboración. Y la colaboración exitosa es la que se da globalmente. No sacamos nada con trabajar colaborativamente con gente que es igual a uno, que piensa igual a uno y que tiene las mismas herramientas que uno. Se necesita integrar a quienes piensan distinto, que provienen de otras culturas, de otras economías. Y para eso debes ser abierto.

- ¿Y esa es una diferencia en Fuqua respecto de otras escuelas de negocios? ¿su carácter global?

Nos gusta pensar que sí. Creemos que somos distintos en ese aspecto y que hemos tenido estos valores multiculturales por mucho tiempo. Es uno de nuestros pilares. Seleccionamos a nuestros alumnos en base a la competencia de los postulantes, pero también en base a su carácter y propósitos. Esto de nuevo nos lleva al tema de la colaboración como llave para la innovación. No importa dónde vivas, lo que hagas localmente tiene también un impacto global. Y esa interdependencia en que estamos inmersos, si lo piensas detenidamente, también significa una pérdida de control: yo ya no controlo mi vida en la forma en que lo hacía, porque la economía es algo global. 

Cosas que pasan al otro lado del mundo me afectan. Y ante esto tienes la opción de pensar que en otras partes lo están haciendo mal y que sólo tú sabes como hacerlo bien, o te puedes asustar y cerrarte ante la posibilidad de hacer negocios con ellos. Yo creo que esa es justamente la razón de por qué están subiendo los índices de desconfianza. Ninguna de esas posturas es la adecuada. La gente está polarizada y dividida, y creo que necesitamos poder contar con líderes que sepan cómo realizar esa conexión.

- ¿Cómo se están conectando en Fuqua con los desafíos del mundo real?

Estamos haciendo tres cosas diferenciadoras en pro de nuestro objetivo. Primero es el compromiso a tener un profundo entendimiento de varios sectores económicos. Tenemos una concentración en ambiente y energía que es exclusiva de Fuqua. Tenemos programas conjuntos con la escuela de ingeniería (de la Universidad de Duke) en la que preparamos a los alumnos a resguardar los intereses de todos los grupos de interés involucrados en las decisiones vinculadas a energía, ambiente, salud. 

En este campo en particular somos muy fuertes y apostamos a que los futuros emprendimientos serán en innovación en equipos biomédicos. Y los desafíos de política pública en salud serán iguales en todas partes: la demanda por menores costos y mejores prácticas. Eso es lo que damos a nuestros estudiantes, conexión con los desafíos reales y situaciones reales.

Por otra parte, creemos que el emprendimiento es la clave para la creación de trabajos en el futuro. Y nos interesa dar a los alumnos experiencias prácticas en ese sentido, exponerlos a que desarrollen sus ideas hasta que sean proyectos ejecutables y que lleguen al mercado. Para ello tenemos dos líneas, un programa de emprendimiento social para estudiantes que deseen desarrollar un área de negocios más social, sin fines de lucro, y tenemos emprendimiento más tradicional, todo dentro de un programa que denominamos el programa para emprendedores, donde pueden desarrollar sus ideas desde el día uno.

- Ante esa perspectiva, ¿cuál cree que es el futuro de las escuelas de negocios?

La tendencia en las escuelas de negocios en todo el mundo es que se están volviendo globales, no solo están en EE.UU. y en Europa, están en casi todos los continentes. Los costos de hacer un MBA han bajado dramáticamente, gracias a la tecnología y la posibilidad de hacer cursos a distancia, muchos de ellos gratuitos. Y eso está cambiando a la industria. Desde hace diez años hasta ahora, se puede apreciar que las escuelas mejor rankeadas registran un aumento en su matrícula, mientras que en otras esta va descendiendo dramáticamente.

El mayor valor agregado que puede aportar un MBA es entregar las herramientas para liderar en un ambiente cada vez más complejo. Si tu quieres ser abogado tienes que ir a la escuela de leyes, lo mismo si deseas ser médico o en el caso de cualquier profesión. Pero si quieres ser empresario, no tienes que ser o estudiar nada en particular. 

Lo que hace tan interesantes a las escuelas de negocios, entonces, es que aportan valor agregado a los negocios y forman a los líderes que pueden transformar al mundo. Esas habilidades tienen una alta demanda, pero tienes que contar con personas muy talentosas, así que tenemos que proveer servicios de alto valor agregado y la consecuencia de esto es calidad. Y si las escuelas no son capaces de dar ese valor agregado, se vuelven irrelevantes.

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