Liderazgo

Empleados difíciles

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Por Roger Marull, gerente general Meta4 Chile.

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Toda persona que alguna vez ha dirigido un grupo, ya sea en el ámbito laboral o social, debe haber experimentado lidiar con uno o más personajes conflictivos, aquél que descalifica el trabajo de los demás, carece de empatía, no tiene mayor capacidad para ver sus propios errores y que finalmente genera un ambiente de división al interior grupo.

El buen jefe debe ser un líder, con visión, un gran motivador que logre comprometer a sus dirigidos a dar lo mejor de sí mismos y obtener los resultados buscados, pero, ¿qué debe hacer cuando el problema “radica en los empleados”, o en “uno de ellos”? ¿Qué hacer con este tipo de personas? Aquí, una serie de aspectos a tener en consideración que serán de ayuda.

Mírese a sí mismo. Si se queja que no existe colaboración en su equipo, que las actitudes no son las deseadas, parta por revisar el ambiente que usted mismo genera. ¿Usted reconoce los logros de los demás? ¿Tiene las actitudes que quiere que los demás tengan? ¿Lo reconocen como un modelo a seguir? ¿Cuando se equivoca, pide disculpas? ¿Saluda en las mañanas y se despide al retirarse? En el ambiente que uno genera podemos encontrar la primera clave para el comportamiento de los demás. ¿Es nuestro actuar constructivo o crítico, descalificador o proponente, proactivo o reactivo? El accionar de algunos de nuestros empleados tiene directa relación con el ambiente que nosotros mismos generamos.

Reúna información. Antes de solicitar un cambio de comportamiento, debe identificar claramente las conductas y actitudes no deseadas de un empleado, recabando la mayor cantidad de información posible, a través de ejemplos y situaciones concretas, tratando de encontrar un patrón de conducta y no sólo una situación aislada. Si no es capaz de encontrar situaciones y conductas específicas, y sólo se queda con la percepción de que el empleado es “conflictivo”, no va a tener las herramientas necesarias para lograr el cambio que se quiere.

Muestre cómo afecta a los demás. Ya con la información reunida, describa qué ocurre con dichas conductas, es decir, cuando el empleado actúa de una determinada forma, cuál es el resultado sobre los demás. Esto les permitirá a los “conflictivos” detectar tempranamente cuando están tendiendo a repetir el comportamiento no deseado y anticipar sus efectos.

Comprometa. Finalmente logre un compromiso de parte del empleado, no sólo lo deje en una evaluación de desempeño, una charla, o similar, sino retroalimente formalmente, tanto cuando tuvo un cambio positivo en su actitud como cuando falló en algún aspecto.

Con estos simples pasos y existiendo voluntad, usted puede lograr un cambio que mejorará la convivencia en su equipo. Ahora bien, si no existe dicha voluntad, ya sea de su parte o de sus empleados, será tema para otro artículo.

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